AITANA BRILLA CON SU TOUR Y REGALA UNA NOCHE REPLETA DE EMOCIONES
Con invitados especiales, homenajes y un show potente, la artista reafirma su lugar como una de las voces más queridas del pop hispano.
La magia empezó incluso antes de que ella pisara el escenario. Con Julieta como telonera encendiendo los primeros coros y gritos, el estadio vibraba en una cuenta regresiva emocional. Cuando finalmente Aitana apareció con "6 de febrero", el tema que abre su álbum "Cuarto Azul", el público supo que la noche sería inolvidable.
La artista presentó una puesta en escena cuidada, potente, con visuales envolventes, coreografías precisas y una lista de temas que viajaron entre el presente y el pasado. Desde hits recientes como "Popcorn", "Miamor" o "Gran Vía", hasta clásicos como Con la miel en los labios, Teléfono o Vas a quedarte, que hicieron cantar hasta a los más nuevos.
Pero el show fue mucho más que música. Fue una celebración del camino recorrido y de los lazos construidos. Uno de los momentos más esperados se dio con la aparición de Ana Guerra, su compañera de OT 2017, para revivir Lo Malo, ese fenómeno pop que marcó una generación. Ana le dedicó palabras que emocionaron a todos: “Mirá todo lo que has conseguido”.
La sorpresa continuó con Josep Montero, de Oques Grasses, quien interpretó junto a Aitana La gent que estimo, y luego con el legendario Pep Sala, que la acompañó en una versión íntima y estremecedora de "Boig per tu". El estadio entero iluminó el momento con luces de celulares, como queriendo congelarlo para siempre.
Otro de los momentos más personales fue cuando Aitana, sentada entre el público, cantó "Música en el cielo", dedicada a su abuelo. Con la voz quebrada y la emoción latente, mostró su lado más humano y vulnerable.
Ya en la recta final, el show subió la temperatura con "Las Babys", que puso a bailar a todos, y cerró con "Segundo intento", "La chica perfecta" y "Conexión psíquica".
Aitana demostró que "Cuarto Azul" no es solo un disco: es una declaración artística. Un punto de madurez, sensibilidad y autenticidad. Un show donde la emoción y el poder pop van de la mano. Y sobre todo, una prueba de que Aitana no solo canta, sino que conecta, emociona y deja huella.
Comentarios