¡No te pierdas los estrenos de la semana!
Dioses, diablos y amigos. ¡La opinión de Esteban Coletti!
Silencio (Silence, 2016)
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Scorsese vuelve a preguntarse cosas sobre Dios y le sale una película de casi tres horas que intercala momentos de gran potencia emocional con otros cercanos a la inconsistencia. No ayudan a contrarrestrar esto último algunos actores japoneses que rezongan como si se les hubiesen pasado los fideos cuando lo que en verdad están llevando a cabo son torturas lacerantes.
Lo conmovedor emerge en los intermitentes planos que introducen la iconografía cristiana y en el compromiso de Andrew Garfield para sumergirse en la complejidad de su personaje.
Es probable que la apreciación de la historia esté relacionada con la manera que cada uno tenga de vivir la fe. Si son devotos, acaso sintonicen mejor con la capacidad del director para ahondar en ese mundo y salgan de la sala en un reconfortante silencio.
Casi leyendas (2017)
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No se puede negar que ¨Casi leyendas¨ tiene corazón. Algo que probablemente explique el éxito que pareciera estar sobrevolándole.
Sin embargo, salvo por un par de momentos, falla en lograr que funcione la tecla de la comedia, un género que pide, entre otras cosas, timing para la sorpresa. Si bien resulta evidente lo trabajadas que están las líneas de los personajes, en muchas escenas el remate del chiste pierde fuerza porque…lo vemos venir.
De todos modos, esta banda sigue adelante gracias al oficio del elenco y al cariño con el que visiblemente se timoneó la nave. Esto da como resultado una historia que, si bien carretea demasiado en su arranque, logra surfear el peligro de apostar a diálogos tan alambicados.
Más allá del mencionado traspié, la película consigue emocionar y transmitir lo que, intuyo, fue uno de sus temas de base: el difícil pero imprescindible arte de la comunicación humana.
En presencia del diablo (TheWailing, 2016)
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Casi tres horas de proyección, varios lugares comunes del subgénero exorcismo, algo de humor oriental y una muy perturbadora representación del diablo. La mezcla da como resultado una película interesante pero desbalanceada.
Si suelen ver cine coreano sabrán que sus ingredientes narrativos difieren bastante de los de la dieta hollywoodense. Aun así, cuando la capacidad de síntesis está ausente, el problema hace ruido tenga su origen en California o en Seúl.
Está bien, pero agota un poco.
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