Esteban Coletti y los estrenos más importantes de la semana
Lo último Woody Allen, un adrenalínico juego online, simpatías por el demonio y una joya de la animación. Mirá!
Café Society ( 2016)
Lo primero que salta a la vista en esta película es la hermosura de sus planos, ya sea en la soleada California o en la más oscura Nueva York. En ambas costas americanas, y durante la década del 30, se desarrolla una historia sobre egos y vanidades, pero también sobre cómo el amor insiste pese a todo.
Café Society, aún con el ácido humor tan característico a Woody Allen, es un precioso cuento sobre el poder de los sueños.
Mención especial para Kristen Stewart y Jesse Eisenberg, que tienen una química imbatible.
Nerve: Un juego sin reglas (Nerve, 2016)
El planteo inicial es simple y atractivo: una tímida chica se inscribe en un juego virtual cuyo objetivo es cumplir distintos retos para ganar popularidad y dinero.
La película es una crítica sobre los efectos de la fama veloz y excesiva. Lamentablemente, el resultado final no es del todo satisfactorio. Muchas luces de neón y mensajes aleccionadores pero poca habilidad para transmitir un verdadero sentido de la aventura.
Satanic: El juego del demonio (Satanic, 2016)
Es raro que Satanic haya sido escrita por el mismo guionista de la muy buena ¨Miedo profundo¨. Esto demuestra que el cine es un arte que no depende de un solo rubro para llegar a buen puerto.
Todo se ve falso e impostado en este tour hacia las fuerzas oscuras: cada vómito, cada golpe de efecto, cada cara de espanto.
Con poco presupuesto pero con ideas creativas se pueden hacer buenas películas. No es el caso de esta pavada que parece haberle vendido su alma cinematográfica al mismísimo diablo. ¡Vade retro, Satanás!
Kubo y la búsqueda del samurai (Kubo and the two strings, 2016)
Un pequeño niño se enfrenta al desafío de conocer su origen. Para eso deberá recorrer un singular camino del héroe que incluirá mucha sabiduría oriental, heridas a cicatrizar y el espíritu de sus padres como faro en las tinieblas.
¨Kubo y la búsqueda del samurai¨ consigue que entendamos porqué todavía nos tomamos el trabajo de acercarnos a una sala de cine. La película es deslumbrante, inteligente y entretenida. Y es, también, un acto de amor hacia la creación de imágenes bellas.
Háganse un favor y no se pierdan esta obra maestra. El arte nos puede transformar en mejores personas e historias como las de Kubo son un fiel ejemplo de eso.
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