Conocé a los 6 millonarios que muestran sus lujos en Instagram

Siempre existió la ostentación. ¿El lujo es un exceso, una extravagancia, o un bonus track del dinero? El exhibicionismo es moneda corriente en las redes sociales. ¿Qué lugar ocupan las nuevas tecnologías en el arte de hacer alarde de las riquezas?

1. Matrimonio Yotta: Bastion y María tienen una casona en Hollywood donde arman sus fiestas. Él es el CEO de GlobalSkin (cosméticos), GIBaCon (software para personas de la tercera edad) y Mindslimming (productos dietarios). Suben a Instagram fotos y videos con muchas mujeres, pilas de dinero volando por los aires y autos caros. 

2. Dan Bilzerian: en Estados Unidos se lo conoce como El Rey de Instagram por el grado de ostentación que le propina a sus 16 millones de seguidores. Es jugador profesional de póquer, de ahí su fortuna. Sus pasiones: dinero, armas, mujeres, autos de alta gama y deportes arriesgados. La barba pasó a ser, además de sus fibrosos músculos, su distinción.

3. Tony Toutouni: Es empresario de clubes nocturnos, restaurantes y hoteles. Con sus característicos bigotes y sus recurrentes fuck you, muestra la vida de un tipo de mediana edad amante de los billetes.

4. Travers Beynon: conocido como Candyman (el Hombre de los Dulces), un excéntrico empresario tabacalero de la corporación Freechoice. En su cuenta de Instagram sube fotos de mujeres como objetos decorativos. Su mansión, la Tienda de Dulces, está llena de chicas.

5. Lorenzo Carvalho: ¿Cómo hizo su fortuna? Como era de suponerse, desde la herencia: un imperio familiar forjado en el negocio de las piedras preciosas. Con apenas 25 años, es toda una sensación en el mundo de internet donde muestra, además de su cuerpo tatuado y las fiestas repletas de mujeres esculturales, los exuberantes autos que posee.

6. Aleem Iqbal: su nickname en Instagram es Lord Aleem y con 21 años aprovecha la fortuna de su padre, propietario de la compañía británica Birmingham, dedicada al alquiler de autos de lujo. Puede que esa ostentación sea una forma de suplir alguna carencia, pero al in de cuentas, ¿a quién le importa? A ellos, seguro que no.